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Bitácora compañera

Lejanía...

Lejanía...

No te he visto...

parecieran que son siglos

¿cómo poder describirlo?

Eres como una montaña

que veo desde el desierto de mi vida.

Eres como un águila

casi ya extinta en este cielo sin fin.

Eres como una copa fina

en manos de un niño travieso.

Sin embargo, sólo basta con decir

que eres mi principio y mi fin,

que llegaste a mi vida

irrumpiendo como el viento,

por cada rendija,

y formando precisa y sutil

la flor del amor eterno,

que cobija ilusión, sueños y tiempo,

entre cada pétalo rojo y sediento,

rojo de sacrificio

y sediento por espera larga y prescindible,

pero algo ocurre,

así de repente,

sin cartel que me diga Stop! esto viene,

solamente comienzan a caer

las hojas de nuestro ser,

necesidad del suelo o no se qué,

y así desnudo comienza a quedar

todo sueño pensado como realidad,

cada parte de nosotros cae lentamente

para pasar a formar la tierra de esta rosa,

que se está viendo en total desnudez de cuerpo

y que dejó al descubierto

la ilusión, sueños y tiempo,

que una suave brisa de amanecer

llevará en su tren a un nuevo destino,

totalmente desconocido.

1 comentario

natalia albornoz -

Me encanta la forma en que ocupas las palabras, tan armoniosamente.
Se nota que aprecias los detalles de las cosas y te apasiona el amor...muy bello.