Para una rosa nacida y crecida en los sueños del ayer...
...y para un ruiseñor que no supo mostrar su corazón.
“En los pensamientos muchas cosas quedan, amores e ilusiones compartidas se pierden por no saber decirlas a tiempo, se pierden también oportunidades y realidades maravillosas de soñar”
(De una niña que amó y amó)
Tus ojos huyen a los míos, me miras,
mas nos acercamos y ¡Ya estás tan lejano!,
me da pena y me cuestiono y cuestiono
¿es mi culpa? ¿Qué es lo que no te gusta?
y comienzo a caer en este pozo sin fin...
y a comprender...es por mí,
nunca nadie podrá fijarse en este ser que comprendí que soy,
sé que no valgo, no tengo belleza y no soy una princesa,
y tu indiferencia sólo me consume más y más
y no sé donde voy a ir a parar...
las puertas de tu alma se cierran dejándome afuera,
tu incesante timidez me vuelve más y más tímida,
pero de una timidez que saco fuerzas pa’ intentar acercarme y encontrarte,
pues sé que eres una huella de mi vida,
una estela en mi mar,
un ser que con sólo su sonrisa ilumina mi vida
y me hace querer volver a nacer, crecer
y conocerte a ti sin pensarlo una sola vez...
(Del amado)
Hoy te puedo decir que no ha sido por ti,
nunca aprendí a decir lo que llevo dentro,
en el yo más interno que habita esto que vez,
¿cómo pudiste pensar que era así?
precisamente lo que tu eras,
es lo que me embrujó y conquistó,
vales más que el pulmón para la vida,
que el amor para Dios,
que la luz para el ciego...
Eres bella como una flor en creciente brote
con fondo el sol que nace de una pura montaña,
con gotas como testimonio del paso de la noche sobre tu sensible cuerpo,
y lo más importante es que aunque para algunos sólo seas una mera persona,
para mí serás por siempre quien reina en mi vida y hace de cada día
una hermosura naciente...creciente...
envidiada por todos los dioses presentes;
no saben lo que poseo y que me hace sentir nuevo,
en cada momento,
no te preocupes no podrán robarte pues te llevo aquí dentro,
siendo una llama más fuerte y grande que el mismísimo tiempo.
“Diálogos entre mentes, entre corazones, que son percibidos en cada capa del aire y que por esto mismo van y vienen, y se difuminan interminablemente...”